Capítulo 36.
La mañana se deslizó con una lentitud exasperante. Eleanor se despertó con la urgente necesidad de hablar con su padre, pero sus planes se vieron truncados por la persistente presencia de Julián Thorne y Caleb Maxwell.
Eleanor se encontró con Liam en la escalera.
—No puedo creerlo, Liam —murmuró, la frustración tensó su rostro—. Papá está enfrascado con Julián y Caleb en la biblioteca desde las ocho. No sé de qué hablan, pero no puedo irrumpir en una reunión de hombres de negocios con mi vientre y una carpeta de fraude bajo el brazo.
—Paciencia, mi amor. Tu padre está muy mal anímicamente; tarde o temprano querrá hablar con alguien. Pronto podremos hablar con él. Estará allí hasta que seamos libres, pero no podemos arriesgarnos a que Julián o Caleb escuchen lo que está ocurriendo. Debemos ser prudentes—Liam acarició su mejilla, reconfortándola con ternura—. En cuanto se vayan...
Antes de que pudiera terminar la frase, Julián apareció en el pasillo, con una sonrisa de depredador. Caleb