Capítulo 16.
Una semana había transcurrido desde la fastuosa fiesta de anunciación. El regreso a la rutina en la mansión de Manhattan se sentía extrañamente vacío después de la intimidad forzada de la cabaña. Timothy y Lucille se habían reincorporado a sus vidas sociales, dejando a Eleanor y a Liam a su suerte, obligados a mantener la fachada en la habitación matrimonial.
Liam estaba más reservado que nunca, su mente visiblemente ocupada. Eleanor, luchaba con la admiración y su fuerza silenciosa chocaba con el deseo de que la mirara con la misma calidez que había mostrado en el pánico de la cabaña.
Una noche, una tormenta de otoño azotó la ciudad. La lluvia golpeaba las ventanas de la habitación con una cadencia violenta que impedía cualquier otra conversación.
Eleanor se encontró a Liam en el pequeño salón contiguo a la habitación, sentado en un sillón, observando la tormenta. No leía, no hacía nada más que mirar el vidrio. La calma en medio del caos era típicamente suya.
—¿Tampoco puedes dormir?