Mundo ficciónIniciar sesiónNos quedamos bastante rato volviendo a armar la nave destruida. Eran muchas piezas y el manual estaba arrugado, sumado a la escasa luz que Gabrio toleraba en su habitación.
Sabía que esos juguetes para armar costaban fortunas, nunca había tenido uno pero conocía los precios, y el que armábamos ahora tenía muchísimas piezas diminutas que recreaban una nave de la guerra de las galaxias del tamaño de una pelota de fútbol.
Gabrio intentó contarme la historia de la guerra de las galaxias… sinceramente no entendí nada, pero me gustaba escucharlo hablar apasionado por algo, distraído de su dolor, lejos de la pipa, concentrado en encastrar esas piecitas diminutas tal y como indicaba el manual… y en eso estábamos cuando Emilia golpeó la puerta y no







