¿Por qué esa gente me trataba como si me conociera de siempre? ¿Y si yo fuera una ladrona? Me levanté de la mesa y salí de la cocina. Subí las escaleras rápidamente y golpeé la puerta antes de entrar, nadie respondió, así que entré. Todo estaba a oscuras en la habitación de Gabrio, contraste total con el resto de la casa, en donde parecían no conocer la existencia de cortinas. En la habitación de Gabrio las cortinas dobles provocaban una oscuridad total, no se filtraba ni un haz diminuto de luz. Vi el Charmander sobre la cama e instintivamente lo abracé, era mullido y hermoso, siempre había querido uno así, pero esos muñecos eran un lujo bobo en mi casa. ¿Dónde habría dejado la cartera? Me agaché para ver bajo la cama, recordé que cuando me había sentado en el piso a cuidar a Gabrio tenía mi bolso al lado. Bajo la cama había revistas, libros, y algunas pelotas para el estrés. Agarré una y la apreté en la mano, por un segundo me había olvidado de mi bolso. ¿Por qué esa gente me trata
Leer más