Mundo de ficçãoIniciar sessãoEl teléfono repicó con la entrada de un mensaje. No le dio importancia, tenía los pies sobre el escritorio, estaba reclinado en la silla, con el respaldo bajo gracias al peso del cuerpo recargado en él, y con la pipa encendida en la mano derecha. Tenía la mirada clavada en el vacío, estúpidamente consciente de su respiración, concentrado en no morir.
Había perdido la sensibilidad en el rostro y particularmente en los dientes, la mano izquierda era un conjunto de estrellas titilantes lejanas, y los pies le pesaban tanto que creía que lo empujaban en caída libre cabeza abajo por una cantidad infinita de kilómetros.
La pipa se le cayó de la mano y repicó contra la alfombra. No quiso, y realmente ni siquiera podía, buscarla. Fantaseó brevemente con







