96. Bajo mi protección
Alessandro
El tirón de los músculos agarrotados cuando me enderecé me recordó las horas en vela desde que mi padre se fue. Miré al pasillo debido a los pasos que resonaron por el corredor. Era Romano acompañado de otro hombre que no reconocí.
—Señor Di Marco. Él es el fiscal Luca Conti.
Era un hombre delgado de cincuenta y tantos años, que me miró con cautela al extender su mano. Era consciente de mi aspecto, por la camisa arrugada y la barba de dos días, pero lo cité aquí porque no tenía pensado alejarme de Roxana si no era imprescindible.
—Debo admitir que su disposición a cooperar contra un miembro de su familia me sorprendió.
—Mi hermano tomó decisiones y yo las mías cuando el legado de mi familia fue puesto en riesgo —dije para cortar cualquier cortesía innecesaria y evitar darle rodeos al tema.
Conti intercambió una mirada con Romano antes de continuar.
—Gracias por compartir con nosotros los datos de Paolo Bianchi, será un testigo contundente para el caso, y aunado a la ent