37. Verificando las reglas del juego
Alessandro
Tomé la curva hacia Quantum cuando mi teléfono interrumpió el noticiero que escuchaba, pero no reconocí el número.
—Di Marco —respondí por el manos libres.
—Alessandro, el chico de oro de la familia. —La voz rasposa me transportó dos décadas atrás—. Pietro Salvi, del Corriere. El mismo que expuso los excesos de tu pa…
Mi mandíbula se tensó.
—Sé quién eres. ¿Qué quieres, Salvi?
—Intenté hablar con tu hermano esta mañana, pero me colgó. Gran error. —Una pausa calculada—. Estoy terminando mi serie sobre patrones generacionales en las élites milanesas. "Tale padre, tale figlio". Los Di Marco son el caso…
—No sé de qué hablas.
——Por supuesto que no —se rió—. Pero tengo fotos de tu hermano menor y de Francesco con Magdalena y Zoe Moretti, veinte años documentados.
El semáforo en rojo me dio tiempo para procesar. Magdalena Moretti... la madre de Zoe.
—¿Y llama para que le pague por no publicar?
—En lo absoluto. Pero descubrí que este no es el mejor momento para publicar la serie: