Lucya no pensaba retroceder y Vladimir no pensaba dejar que su novia y pronta esposa, viera el momento exacto en el que él mataría a Lev, pero para suerte de todos, Dima habló.
—No, claro que esto no está bien. —dijo el pelinegro interponiéndose entre su hermano y Lev.
—Lo vez, hasta Dima sabe que esto no está bien, por un demonio, si él pelea por ser el líder del clan, le daré mi apoyo. —las palabras de Lev no estaban de dichas a la ligera, eso en los oídos de Vladimir era traición, pero no fue el único que lo entendió Lucya y Dima también lo hicieron, algo que alteró aún más a la morena.
—¡¿De qué estás hablando Lev?!, Vladimir es tu mejor amigo, no puedes estar hablando en serio. —dijo con voz estrangulada Lucya y Lev lanzó una carcajada vacía de diversión, pero cargada de resentimiento.
—Sí claro —dijo con burla el moreno. —Muy buen amigo resultó ser el maldito bastardo que se acostó con mi hermana. —y en el preciso instante en que Lev dio un paso enfrente listo y dispuesto a golp