Mundo ficciónIniciar sesiónLa fortaleza del Pueblo del Jaguar, conocida simplemente como “La Guarida”, no era un lugar que acogiera a los forasteros. Era una ciudad tallada en la roca, una herida en la ladera de la montaña, diseñada para repeler al mundo exterior. Sus gentes eran un reflejo de su hogar: duros, silenciosos y desconfiados.
La llegada del convoy liderado por K’ab fue recibida con una cautela que bordeaba la hostilidad. Los guerreros Jaguar que se habían quedado atrás observaron con recelo a los miembros de las Garras, reconociendo en ellos la misma ferocidad depredadora que poseían. Pero la mayor curiosidad la despertaba el pequeño grupo de Tejedores de Luz, especialmente Kenari. Para los robustos habitantes de la montaña, el niño Yuu Nahual, con sus ojos brillantes y su concentración silenciosa, era una anomalía, un pájaro de colores en una tierra de halcone







