Ariel

Me despierto con el suave sonido del despertador. Me estiro, sintiendo los músculos todavía algo tensos por la noche anterior. Tras mi rutina matutina habitual, me preparo para ir a trabajar.

Decido salir un poco antes. Salgo una hora antes que Jess, y no quiero que se despierte por mi culpa. Ella siempre intenta convencerme de que no pasa nada, pero hoy quiero evitarlo.

Me pongo el abrigo; hace frío, aunque el sol ya empieza a asomar en el cielo. Camino hasta la estación de metro, que queda a unas pocas calles del edificio.

El sol, brillando entre los edificios, promete un día más cálido, pero el viento helado sigue siendo insistente.