Está muy claro que no tienen idea de quién es mi padre en realidad. Si llegan a caer en sus manos, van a desear el horno de mi tío.
—¡Imbécil! ¡Giovanni Garibaldi es el Manitas! —Vaya, el jefe sí lo sabe—. ¡Es el torturador más temible de la mafia italiana! —¡Rayos! ¡Estamos jodidos, jefe! —exclamó el tipo cobarde, que cada vez sonaba más asustado—. ¿Y qué se le ocurre ahora? También es el yerno del Greco. Estamos jodidos, más que jodidos, para donde quiera que nos viremos. —¡Cállate! —gruñó el jefe con furia, silenciando al guardia cobarde—. Si no tenemos calma, nos van a encontrar antes de lo que imaginas. ¡Estamos aquí con la ventaja de tenerlo! "Ventaja", pensé para mí mientras trataba de mantener mi respiraci&oac