Mundo de ficçãoIniciar sessãoSonrío al escuchar sus palabras. La idea de una vida tranquila, lejos de todo, rodeada de naturaleza, parece una utopía, pero también suena como una promesa que comienza a darle sentido a nuestro caos.
—¿Te quedaste sin palabras? —pregunta Gerónimo, divertido, al ver mi silencio.—No, solo estoy imaginándomelo —respondo, con una leve sonrisa—. Y sí, suena perfecto.Caminamos juntos por el sendero. A medida que avanzamos, el paisaje cambia lentamente; los árboles se hacen más altos, más robustos, y la vegetación parece reclamar su espacio en cada rincón. Cada paso me hace sentir más conectada con la tierra, más lejos de los problemas que dejamos en la cabaña y más cerca de la paz que ansiamos encontrar.—¿Cuánto falta? —pregunto, intentando ocultar que mi costilla todavía me molesta un poco.<






