Estaba en mi habitación cuando recibí la llamada de mi esposo. Colgué, molesta, el teléfono, lo tiré contra la cama y me dejé caer en una silla. ¿Quién es esa tal Chiara ahora? ¿Será verdad que tiene una hija con Gerónimo? Salí en busca de mamá; sentía que necesitaba hablar con alguien o explotaré.
—¿Por qué tienes esa cara, Agapy? —preguntó mamá en cuanto me vio.—Es Gerónimo, mamá —contesté dejándome caer en una silla.—¿Qué pasa ahora con tu esposo, hija? —mamá continuó haciendo cosas en la cocina mientras me lanzaba miradas interrogantes.—Me acaba de llamar para decirme que tiene una hija —dije, molesta, tomando el jugo que me puso delante.Mamá dejó el cuchillo sobre la tabla de picar y se giró haci