Vicencio levantó la vista, con la mirada alerta y el cuerpo tensado por la preocupación. La cesta que Maximiliano sostenía parecía inofensiva a simple vista, pero la inquietud en su expresión no dejaba lugar a dudas de que algo no estaba bien. Se levantó rápidamente, acercándose a él con pasos decididos.
—Déjame ver —dijo Vicencio, tomando la carta de las manos de Maximiliano con cuidado. Vicencio examinaba el contenido de la carta, escrita con una caligrafía abrupta que transmitía urgencia y amenaza al mismo tiempo. Su rostro se endureció y miró interrogante a Maximiliano, que observaba aterrado el contenido de la cesta. —¿Qué sugieres que hagamos con esto? —preguntó Maximiliano, buscando orientación.En el refugio, Gerónimo se despierta, mira a su lado en busca de Cristal y no