126. EL INTERROGATORIO DE SUS PADRES
Cristal está muy asustada; mira constantemente con disimulo hacia donde Gerónimo todavía no se ha dado cuenta de nada y se dedica a comprar las bebidas. Su madre, Stavri, no la suelta y le explica feliz de haberse encontrado con ella.
—Convencí a tu padre de que te hacen falta muchas cosas; no trajiste nada cuando viniste —mientras habla, mira a su esposo, que asiente, mirando a su hija con amor—. Y vinimos a comprarlas, hija; es bueno que te encontremos, así tú las elegirás. ¿Dónde estabas?
—Paseando con mi esposo, mamá —responde Cristal con la verdad, decidida a que su padre se convenza de que está casada y no puede casarla con nadie más.
Ambos padres se quedan observándola por un momento en silencio. Luego buscan por toda la tienda con una mirada hacia su esposo que ella acaba de mencionar, aún sin saber cómo es y deseosos de conocerlo.
—¿Dónde está? ¿Está aquí? ¿Nos lo vas a presentar, hija? —pregunta su padre de inmediato—. Tenemos que hablar para organizar tu boda por to