125. EL ENCUENTRO INESPERADO
Cristal mira a las dos jóvenes y suelta todo su aire, aliviada de ver que son, en verdad, amigas de su esposo y no ex.
—Mucho gusto —responde—. Quiero comprar medias para el trabajo y alguna que otra lencería.
—Pues ven con nosotras y te enseñaremos todo lo que tenemos —dicen las chicas con una gran sonrisa y amabilidad.
La cálida bienvenida hace que se sienta como si la conocieran de toda la vida. El ambiente, a pesar de ser una tienda, se siente íntimo y acogedor.
—¿Cielo, quieres algo de tomar? Tengo sed —le pregunta Gerónimo.
—Sí, un agua, por favor —responde Cristal, mientras observa cómo Mara comienza a sacar conjuntos de encaje de diferentes colores, cada uno más exquisito que el anterior. La suavidad de las telas parece susurrar promesas de placeres ocultos.
Gerónimo asiente y se dirige hacia la pequeña área de bebidas de la tienda, no sin antes lanzar una mirada de advertencia a un grupo de hombres que acaba de entrar al local. Cristal nota la tensión en sus hombr