Cristal, entonces, abre los ojos despacio, incorporándose para mirarlo directamente. En su mirada hay algo diferente, una urgencia que atraviesa cualquier intento de consuelo.
—No, Gerónimo, no ha pasado —afirma, llena de determinación—. Todavía hay cosas que debemos arreglar con urgencia, y vas a tener que ayudarme. O no sé si lo tendrán que hacer mis padres...Gerónimo siente un escalofrío recorriéndole la espalda, pero en lugar de contestar, simplemente la observa un instante más, intentando descifrar la magnitud de lo que ella está pidiendo. Sabía que esto no había terminado. La sombra del pasado... ese pasado, seguía persiguiéndola con ferocidad.—¿A qué te refieres? ¿Tus padres qué tienen que hacer? —pregunta Gerónimo, clavando la mirada en su esposa, intentando descifrar lo que ella guar