OLIVIA
Cuando abro los ojos, puedo ver como atraves de la manta que me cubre intentan entrar los rayos del sol. Me restriego la cara y me estiro soltando un suspiro de alivio.
–Que agradable es dormir –escuché una voz femenina.
–¡Ah! –grité quitándome la manta de encima asustada.
Me senté en la cama viendo a todas partes, pero no habia nadie más en la habitación.
–¿H-hola? –susurré viendo alrededor.
–¡Hola! –me sobresalté, pero seguía sin ver a nadie–. Soy Kira.
–¿Kira? –pregunté abrazando la manta contra mi pecho–. ¿D-dónde estás?
–En tu cabeza tontita –rió–. Soy tu Loba.
–M-mi…
La puerta de la habitación se abrió de golpe volviendo a sobresaltarme y hacerme gritar, pero mi cuerpo se relajó instantáneamente cuando vi a Ivar. Sus ojos se habian oscurecido y venía con expresion sombria en el rostro viendo todo a su alrededor al entrar en la habitación.
Kira ronroneó con fuerza en mi pecho y las emociones se multiplicaron al verlo, todo aquello que habia sentido por él estos días