Él se enamoró de ella desde las sombras, ahí donde nadie podía ser testigo de su verdadera forma. Cuando le salvó la vida a ella, la suya cambió por completo. Ni los dioses sabían que dentro de todo ese amor que él sentía por ella, un oscuro secreto aguardaba para ser descubierto.
Leer másObservo de nuevo desde la oscuridad el brillante cabello azabache de la mujer que tengo en frente. Una gota de sudor corre por su cuello y yo me relamo los colmillos casi saboreandola.
Ella todas las noches sale a correr por este mismo lugar siempre, y yo, voy detrás de ella como su perro fiel. Hace dos meses que salgo a observarla porque soy incapaz de hablarle de frente. El miedo de que un gruñido salga de mi o uno de mis colmillos se asome por error, es muy grande. Mi nombre es Iktan, y soy un hombre lobo. Uno que a simple vista luce como cualquier hombre rico y pudiente de esta ciudad y lo único que nos hace diferentes es mi linaje salvaje. Conocí...bueno, ví a Aura por primera vez una tarde mientras paseaba a un perro, mi instinto obviamente era comérmelo pero tenía mucho pelo y eso me provoca indigestión. Quedé petrificado cuando la ví, el color de su piel, el de su cabello, y cuando su olor se coló hasta mi nariz, mi bestia despertó y aulló reclamándola. "Mía" murmuró y yo me sorprendí porque no es común que los lobos nos enamoremos de los humanos, sin embargo ahí estaba yo, enamorado hasta las garras de Aura, algo que, hasta donde yo sé, era imposible. —¡Suéltame! –oigo que grita y vuelvo al presente. Observo a dos hombres que tratan de hacerle daño y yo cambio mi forma y corro hasta ella. Empujo a uno de ellos y golpeo al otro con fuerza, a veces olvido mi alcance. Ambos corren y yo siento las uñas encajadas en mi brazo. Aura se aferra de mi mientras llora y es incapaz de decir algo. —Mírame, estás a salvo. ¿Estás bien? ¿Te lastimaron? Aura se aferra a mis brazos y su respiración se vuelve lenta. Se desvanece un poco y la tomo en mis brazos. —Sácame de aquí. –me pide y yo lo único que puedo hacer es llevarla a mi casa. Mi casa no queda lejos de aquí así que solo camino un par de metros y entramos. Aura no me ha soltado la mano y eso me emociona porque yo soñaba con este momento aunque no así de traumático. La siento en el sofá y me alejo hacia la cocina para traer un vaso de agua, apenas puedo creer que ella esté aquí. Mi bestia golpea en mi mente, gritando que es suya, que quiere tenerla. Yo la observo en silencio, como siempre. Llevo el vaso de agua hasta ella y lo bebe aún con manos temblorosas, limpio sus ojos llenos de lágrimas y se fijan en mi, al principio siento que ella va a descubrirme, que va a leer mi alma y sabrá quién soy. Mis colmillos pican en mis labios queriendo salir pero los detengo, estar tan cerca de Aura me provoca que la sangre hierva dentro de mi. —Gracias por haberme ayudado allá afuera. Si no hubiese sido por ti yo... —No digas nada, yo... De pronto, sus ojos se quedan fijos en mi nuevamente y hace algo que no creo que sería capaz de hacer. Acerca sus labios a los míos y me besa. Yo me quedo inmóvil sintiendo la tibieza de de ese beso que no sé porque está sucediendo pero soy el más feliz con eso. Aura se separa de mí y cierra los ojos cayendo en el sofá. La tomo entre mis brazos y la llevo hasta la habitación, puedo oír su corazón y su respiración lenta. La recuesto en la cama y lo primero que hago es llamar al doctor, él me dice que mientras no deje de respirar todo estará bien. Que quizás el estado de shock en el que se encontraba la debilitó y solo necesita dormir. Quito sus zapatos deportivos y la cubro con la manta. Me siento en el sofá y me sirvo un trago de whisky, la luna apenas me sonríe y eso es bueno. Cuando está completa mis instintos son muy fuertes, casi imparables. Por eso ahora agradezco que sea apenas una sonrisa y no mi perdición. Desde que tengo memoria la luna llena me altera de más a la bestia, pero cuando pienso en Aura todo mejora. Me quito los zapatos y aflojo mi corbata, me recuesto en el sofá mientras me gana el sueño. Pero de la emoción no puedo. Ella está en mi casa, durmiendo en mi cama, es algo que difícilmente voy a poder olvidar. Su olor nuevamente llega hasta mi nariz, como invitándome a ir a ella, mi bestia se mueve de un lado a otro suplicando que corra a enterrar mi nariz en su cabello, pero no lo hago porque sería inapropiado. Me levanto del sofá y salgo del cuarto bebiendome lo último de mi vaso junto a su imagen, ella es preciosa, la mujer más bella que jamás conocí, y pronto espero poder llamarla mía. Bajo las escaleras hasta mi despacho y pongo en orden el trabajo, mi maldita asistente renunció justo hoy, antes de poder siquiera levantarme de la cama. Huyó con su nuevo novio y dejó no solo el trabajo sino también a su esposo, pobre hombre. Si alguien en la manada de Golden Spears pierde a su alma gemela, jamás podrá amar a nadie, nadie puede reemplazarla y él tiene que seguir su vida solo, porque los hombres lobo sólo amamos una vez en nuestras vidas. Marco el número de mi abuela y tarda un poco en responder pero lo hace justo cuando voy a terminar la llamada. —Iktan. —Abuela, estoy enamorado. –confieso sin rodeos. —¿Enamorado? ¿Y por qué mi alfa no esta gritando de emoción? ¿De qué manada es? —Es humana. —Ya veo. ¿Ella está enamorada de ti? —Ella no sabía de mi existencia hasta hoy. ¿Eso responde a tu pregunta? —Por ahora, si. ¿Sabes lo que pasa si...? —Lo sé, estoy enterado de eso. Mi madre siempre nos lo dijo. Cuando un lobo se enamora lo hace para siempre. —No quiero que sufras Iktan, esa será una herida que tu lado salvaje no podrá curar jamás. —Lo sé, abuela. Ya lo sé.Vamos de camino a la reserva en la que crecí y de la que hace un tiempo me fui para buscar mi felicidad. Apenas tuvimos tiempo de hacer una pequeña maleta y llegar hasta el aeropuerto. Del viaje no me puedo quejar ya que es mi jet privado en el que estamos viajando. El viaje ha sido silencioso y la verdad es que lo agradezco. Mi mente necesita pensar en todas esas veces en las que mi madre me pidió que volviera, que mi padre necesitaba descansar. Pero mi respuesta siempre fue la misma. Ahora me siento culpable de no haber ido cuando aún no era tarde. Pude haber cambiado el destino, quizás es mi culpa que él haya muerto. —Puedo apostar que en este momento te estás culpando por lo que pasó. –dice y me obliga a mirarla. Su vista está fija en la ventana, observando el cielo. —¿Por qué dices eso? —Porque conozco esa mirada Iktan, sé cómo se siente perder a alguien y luego cuestionarte por no haber hecho algo para evitarlo. Comienzas a pensar si cualquiera de tus acciones pasadas pu
Aura entra a la oficina mientras termino de arreglar los últimos papeles, algo me dice que está por irse y solo venía a despedirse. —¿Te vas también? –cuestiona y asiento. —De hecho solo estaba esperando a que entraras a la oficina, me gustaría que me acompañaras a comer. Tengo una reservación en Le fleur.La veo dudar un poco y puedo sentir su incomodidad. Mi bestia golpea mi interior queriendo salir y tomar el control pero la detengo. —No sé si eso sea correcto, ahora eres mi jefe. —Bueno, a Camille no le importó eso cuando la ayudé a tener a su hijo en la ambulancia. –confieso y veo su mirada sorprendida fijarse en mi. —¿De verdad la ayudaste con su parto? –cuestiona y yo y mi bestia nos ponemos felices por qué gracias a eso ahora tenemos su atención. —Sí, pero no quiero hacerte perder el tiempo con esa historia.—Ay por favor Iktan no seas ridículo. Sabes perfectamente que ahora sí quiero saber, ¿y tú no vas a decirme? —¿Entonces eso es un si a mí invitación? –cuestiono y e
Iktan —¿Por qué estás llamando tan temprano. Iktan?—Lo siento abuela, sé que posiblemente sea muy de mañana pero...—Son las cuatro de la mañana Iktan, supongo que es importante. —Soñé con Aura. —¿Así es como se llama tu humana?—Cuando dices mi humana siento mariposas en el estómago. ¿Es normal? Es decir, soy un lobo, salvaje y peludo y bueno esto me hace sentir como un cachorro asustado abuela. —Es que estás enamorado Iktan, aunque no entiendo por qué. ¿De dónde conoces a esa chica? —La vi por primera vez en el parque al que suelo salir a correr. Su aroma fue el que despertó a mi bestia y después de ese día ha sido más difícil controlarla. —¿Sabes si ella ha soñado contigo? —¿Cómo podría saber eso? —Siempre puedes preguntar, Iktan. —Sería algo raro preguntarle si ha soñado conmigo. —Bueno, entonces te sugiero que averigües eso. —¿Por qué debo averiguarlo? Aún no me dices nada. —Por que si ella ha soñado contigo y con tu bestia, entonces es la elegida y tú has vuelto a t
Aura Observo la ciudad por la gran ventana de mi habitación pensando en la propuesta de Iktan. Puedo negarme y buscar otro empleo, nueva gente, nuevo jefe...mala idea. Mi ansiedad social no me permite pasar de dos frases con la gente y eso es lo que me tiene tan sorprendida. Con él todo fluye, la conversación, el tiempo, mi risa. Todo se siente tan natural que me da miedo. No sé nada de él, ni de dónde viene o con que intenciones está aquí. Sin embargo hay algo que me jala hacia él, es como si un hilo invisible me llevara hasta Iktan sin que yo pueda detenerlo. Es algo en su mirada, en su simple aroma. Dios, me escucho como una loca. Me tiro en la cama y su camisa junto a mi almohada me trae su aroma hasta mi nariz. Mi piel se eriza y antes de detenerme a pensarlo la llevo hasta mi e inhalo tan profundo que me mareo. Su perfume se cuela en cada rincón de mi cuerpo, me abrazo a la almohada y cierro los ojos un poco. El sueño me va ganando y entonces todo a mi alrededor se vuelve
—Madre, ya te he dicho que no puedo volver a la reserva ahora. –le repito por tercera vez a mi madre mientras observo por la ventana.—Tu padre necesita descansar Iktan, tu deber como alfa es estar aquí y tomar su lugar. —Ese lugar le corresponde a...—¡Pero él no está! –señala a punto de llorar–, por eso tú debes estar aquí. —Estoy enamorado. –suelto de pronto.—¿Enamorado? ¿De Katte? —No mamá. Katte y yo terminamos hace meses. —¿Entonces a qué manada pertenece? —Ella es...—Señor Malik, la señorita Aura Jäguer está abajo y pregunta por usted. —¿Aura Jäguer? —Sí, dijo que usted ya la...—Por favor hazla pasar. –la interrumpo y ella asiente rápidamente–, madre debo irme, te llamo después. —Iktan por favor, piensa en lo que te dije. —Te amo, madre. Cuelgo la llamada no queriendo escuchar nuevamente la misma letanía de mi madre. Ella quiere que yo vuelva a un lugar que no quiero volver, no si no es con ella. La puerta se abre y la asistente de recursos humanos e.tra junto a A
Sus ojos brillan entre las sombras, puedo escuchar un gruñido salvaje salir de entre los arbustos pero no veo nada. La piel comienza a picarme, como cuando me siento en peligro, pero no hay nada ahí. Cuando me doy vuelta, sus blancos colmillos están a centímetros de mi cara, su imponente figura es un tanto retorcida ya que es la cabeza de un lobo en el cuerpo de un hombre con traje azul. "Mía" murmura con un extraño gruñido y yo no puedo moverme mientras él se acerca a mi. Pone sus manos sobre mi cuerpo y solo siento su calidez acercarse a mi cuello en dónde muerde un poco la piel de mi hombro haciéndome gemir. Me levanto de golpe al sentir el dolor en mi cuerpo y lo primero que reviso es mi cuerpo, justo donde ese lobo raro me mordió algo me estuvo haciendo daño, seguramente fue es cierre de mi sudadera. Observo a mi alrededor y me aferro a las sábanas al ver que no estoy en mi habitación, mi pánico aumenta pero la ropa que llevo es la misma con la que salí de mi casa así que me
Último capítulo