POV de Hugo
Aún puedo sentir el calor en mi piel donde la toqué.
No es una herida, sino una huella.
Una marca que se quedó en los huesos, como si el fuego hubiera venido solo para dejar un rastro.
Clara duerme ahora, por fin, después de que Lyra le diera un sedante hecho con brebaje lunar.
Pero incluso dormida, no descansa.
Su mano izquierda a veces brilla tenuemente, como un relámpago pequeño que no sabe hacia dónde ir.
Juan está en la puerta, esperando órdenes.
—¿Seguro que no quieres a otro vigilando contigo? —pregunta en voz baja.
Niego con la cabeza. —Si Rivens se libera, nadie podrá protegerla.
Juan me mira un momento, luego se marcha sin decir más.
Ahora solo quedamos Clara, yo y el sonido irregular de su respiración —la respiración de alguien que, incluso dormida, sigue luchando.
Me siento junto a la cama, observando su rostro.
Hermosa, sí.
Pero no por ser perfecta.
Hermosa porque está rota de una forma que no se puede reparar.
Como Sofía, hace tanto tiempo.
Maldita sea…
Despu