POV de Clara
Ya no tengo forma.
No tengo sombra, ni voz.
Pero estoy en todas partes — en las hojas que se mueven con el viento, en la luz suave del amanecer, en cada onda del agua que refleja la estrella plateada del cielo.
No estoy muerta. Tampoco viva.
Solo… permanezco.
El mundo ha vuelto a ser como antes, incluso más hermoso.
Veo a los niños correr sin miedo al cielo.
La luna hace tiempo desapareció, pero ahora tienen una nueva luz que la reemplaza: la estrella que llaman Clara, sin saber por qué.
Curioso, ¿verdad?
El mundo que olvidó mi nombre… ahora lo mira todas las noches.
A veces floto sobre la ciudad donde vive Hugo.
No puedo tocarlo, pero puedo verlo.
Sigue en aquel viejo taller, reparando relojes y máquinas que nunca dejan de latir.
Me gusta cómo observa las agujas del reloj — como si cada giro fuera su manera de seguir vivo.
A veces se detiene un momento, mirando hacia el oeste, hacia donde brilla mi estrella.
Y cada vez que lo hace, este pecho que ya no tengo se siente ti