Mundo ficciónIniciar sesiónEsos besos, tan intensos y pasionales como solo él sabía dar, me estaban haciendo perder la razón por completo. Cada roce de sus labios encendía mi piel, y mi corazón latía con fuerza, desbocado.
Había pasado un mes entero sin él, enviado lejos por órdenes de Nuriel. Su regreso era reciente, pero su tiempo nunca le pertenecía: siempre ocupado, siempre requerido, siempre distante… hasta ahora. Cada vez que sus labios se apartaban de los míos, me dejaban con la respiración entrecortada, ansiando más. Y cada vez que regresaban, el mundo entero desaparecía. No había forma de detenerlo, ni ganas de hacerlo. Sus besos reclamaban cada parte de mí, con una urgencia que me hacía estremecer, y yo me entregaba sin reservas. —Te extrañé tanto —susurró, su voz acariciando mi piel. Cerré los ojos, dejándome envolver por el peso de esas palabras y el calor de su aliento. —Yo también… —musité, con un hilo de voz—. Han sido días l






