Mundo ficciónIniciar sesiónDesde que Nuriel abrió los ojos y volvió a la vida, no había podido apartarme de ella ni por un instante.
Curiosamente, era aún más difícil mantenerme serena ahora que cuando yacía en la cama, inconsciente. La primera razón era el miedo.Ese temor irracional pero constante de que, si me alejaba por un segundo, algo sucedería. Que cerraría los ojos de nuevo y no volvería a abrirlos. Que el destino nos arrebataría lo que apenas nos había devuelto. Sentía que, si me mantenía a su lado, si no la perdía de vista ni por un momento, podía evitar que el hilo de su vida se cortara otra vez.Una superstición absurda... pero reconfortante. La segunda razón era más complicada: Nuriel, en toda su gloriosa terquedad, se negaba a actuar como una paciente convaleciente. A las pocos dias de despertar ya intentaba levantarse, insistía en que estar tanto tiempo acostada la estaba volviendo loca.Decía






