La luna llena ascendía, enorme y pálida, como un ojo silencioso que todo lo veía.
Sentía su energía incluso antes de verla.
Un zumbido eléctrico bajo mi piel, en lo más profundo de mis huesos.
Era como si algo latiera dentro de mí, un segundo corazón que hasta ahora había permanecido dormido.
Caminaba sola entre los árboles, la brisa nocturna acariciando mi piel caliente, mi respiración cada vez más pesada.
Cada paso que daba, cada latido, era como un tambor de guerra anunciando una batalla interna que no podía evitar.
Sabía que esta noche cambi