Julian siente que su organismo está acelerado y que tiene el corazón henchido por la emoción y por un sentimiento que no sabe nombrar, un sentimiento desconocido para él hasta entonces, tiene que andarse con mucho ojo para no chocar contra nadie o contra una pared. Sigue recordando la fabulosa cita que tuvo con Giorgia y está bastante segur de que deben tener muchísimas más. Está feliz como nunca antes y se siente como un dios. Ahora tiene algo que no sabía que necesitaba tanto.
Sabe que parece idiota por lo feliz que está: ¡hasta entró silbando en el ascensor! Cuando llega Al último piso y las puertas del ascensor se abren, sale y camina a la puerta de la suite de Giorgia. Toca el timbre y espera a que ella abra y salga. Anoche quedaron en que él pasaría por ella para bajar juntos e ir al coche y a la oficina. Le dijo que pasaría un cuarto para las nueve y aquí está, puntual, a la hora exacta.
Cuando la puerta se abre y Julian ve a Giorgia, siente que el aliento se le escapa de los p