A la semana siguiente, el recuerdo de lo que pasó con Giorgia sigue ocupando la mayor parte de los pensamientos de Julian. Cada vez que sus miradas se encuentran, no puede dejar de pensar en su toque sobre su polla; en la rápida reacción que esta tuvo, poniéndose tan dura y empalmada con el simple tacto. Cientos de mujeres lo han tocado de formas más inapropiadas y ninguna había conseguido ocasionar tal reacción; ponerlo tan duro que dolía.
De alguna manera, ella ha encontrado las excusas perfectas para estar lejos de él durante todos estos días que han pasado, y no volver estar a solas, especialmente en la suite, el lugar más peligroso de Las Vegas para ambos. Cada vez que llegan del trabajo, Giorgia se apresura para ir a su habitación y encerrarse, con la excusa de que está en alguna llamada o tiene mucho en qué trabajar, pero la verdad es muy distinta; la verdad es que al igual que Julian, ella no deja de pensar en lo que hizo: en cómo se sintió su verga en su mano; en lo dura q