CAPÍTULO VEINTE – LA DESPEDIDA.
Continué por quitar sus manos de mis hombros y me alejé de ella.
No quería tener ningún contacto visual, emocional, o corporal con ella, ni con ninguna otra chica. Ya me había hecho mucho daño, y lo más importante ya le había hecho mucho daño a Deb.
—Puedo sentir que estás muy estresado, déjame de darte un masaje. —Prosiguió con su voz relajante y excitante. — ¿Qué dices? ¿Vamos a la cama? Escuché que la cama de agua de los padres de Jack es muy cómoda. —Su aliento fresco choco con mi oído y un escalofrío me recorrió todo mi cuerpo.
No podía ser posible que yo fuera a caer nuevamente en las redes de Missy. Le eche una mirada a su cuerpo en bikini y ella pasó su mano por mi entre pierna. En ese momento, sentí que perdí el control. Me abalancé hacia los brazos de Missy y la besé descontroladamente como si jamás en la vida hubiera besado a una mujer. Ella siguió mi beso con intensidad y, cuando menos lo pensé, ya me encontraba en la cama con ella.
No quería hacerlo, pero en un abrir y ce