Mantuve un profundo ceño fruncido durante todo el camino de regreso a casa. Todo aquello que Sabine soltó para mí en la cafetería me mantuvo en tensión. Ella estaba resentida conmigo porque aseguraba que yo le había robado el amor de su esposo desde años atrás. Pero yo no recordaba haberme encontrado con Adam en ese resort hacía tres años; en ningún momento estuve con él o siquiera compartimos una mirada furtiva.
¿Cómo es que se había enamorado de mí desde entonces? Aun siendo casado, ¿una desconocida le atrajo y se encaprichó con ella? Y lo más importante para mí, puesto que ahora conocía muy bien a mi marido, ¿cómo es que esa vez, siendo tan intenso y obsesivo, no había hecho de todo para atraparme? ¿Qué le había detenido?
—¡Qué bueno que ha regresado, Hannah! —Antony exhaló de alivio y en sus brazos mi bebé Ethan se emocionó al verme—. ¡El señor está a punto de llegar!
Relajé los hombros y extendí los brazos; él reaccionó pateando y mostrándome sus manitas, ansioso por venir a mí. L