Aunque no supe cómo lo averiguaron, admiré a los medios que rápidamente adivinaron mi situación matrimonial. Mi desastroso matrimonio tomó foco en los tabloides de importantes medios sensacionalistas, hablando de un posible divorcio y las "causas desconocidas" del quiebre. Y tenían mucha tela de donde cortar. Adam se había mudado a vivir a otra zona de la ciudad, dejándome a Ethan y a mí viviendo en la mansión, y ya no teníamos salidas juntos.
Para todo mundo, era claro que nuestro matrimonio estaba en quiebre absoluto; también para mí era evidente que todo había terminado. Pero Adam se resistía a dejarme marchar. Todos los días, visitaba la mansión y pasaba un rato con su hijo, aunque respetaba mi silencio y no me buscaba.
Al menos, la mayoría del tiempo no lo hacía; sin embargo, había momentos que eran inevitables.
—Hannah —me llamó en el jardín, viniendo a mí con nuestro bebé en brazos.
No volteé a verlo, permanecí observando esas malditas hortensias azules que yo misma había sembr