De no haber entrado e interrumpido a ese par, ¿hasta dónde habrían llegado? ¿Habrían pasado toda la noche juntos y al día siguiente seguirían manteniendo la fachada de ser solo amigos? ¿Yo nunca me hubiese enterado? ¿Cuántas veces habían tenido ese tipo de encuentros a mis espaldas?
Quería ir directo al grano y preguntarle la respuesta a todo eso, pero ya no era capaz. Lo que había visto sería suficiente para dolerme siempre.
—Vamos, Hannah.
Extendió la mano para que yo la tomara, mientras que él, con la otra, llevaba las maletas de mano. Observé la palma hacia arriba, ofreciéndome ayuda para llevar a Ethan, ahora que el jet privado había ido hasta allí para evitarnos tomar un vuelo comercial.
—No es necesario. —Pasé a su lado con mi bebé en brazos, oyéndolo suspirar y seguirme al interior del avión.
El piloto, que ya me conocía bien, me saludó con amabilidad y compartió los detalles del viaje mientras el personal del hotel subía nuestro equipaje.
—¿Se divirtió en sus vacaciones, Hann