Y aunque sabía que las advertencias de Nicolás tenían mucho sentido y peso, no podía abandonar sus labores en la empresa, ya que era la que le abrió las puertas en el momento donde más se sintió perdida.
Esa mañana se preparó como todos los días, se colocó su traje de dos piezas, su reloj de pulsera y se vio en el espejo, sintiéndose completamente lista para la faena.
Las palabras de Nicolás resonaron en su mente recordándole la advertencia:
“Ten cuidado”
Sabía que Alicia era de temer. Esa mujer estaba completamente loca, siempre lo supo por su mirada desquiciada que le dedicaba cada vez que se encontraban. Y ahora finalmente se le había caído la careta.
Al llegar a la oficina, puso al tanto a Cristian de todo, le contó lo sucedido con Nicolás, y que ahora tenía a una loca detrás de ella. Ambos se rieron con este comentario, aunque sabían que el asunto era bastante serio.
Cristian no perdió la oportunidad para ofrecerle nuevamente su ayuda, pero ella no quería dejar a Nicolás sol