225. La mejor mamá
Afortunadamente la habitación de la clínica era grande y espaciosa porque de no ser así no hubiera entrado tantas personas.
La primera fue Ava quien como un rayo de sol entró casi corriendo de la mano de su tía.
—Mira Ava, tienes dos hermanitos, ahora estás a cargo —bromeó Rashel acercándose a Satarah quien estaba sobre la cama alimentando a uno de los gemelos mientras que el otro era sostenido por Dimitry quien lo mecía entre sus brazos.
La imagen de su hermano mayor acunando al bebé con tanta protección le hizo tener una nueva perspectiva de Dimitry.
Ava miró al bebé que estaba en el pecho de Satarah con admiración y felicidad.
—¿Puedo tocarlo, mamá?
—Claro, pequeñita —respondió Satarah grabándose la expresión de su hija al tocar la mejilla de su hermano.
Sus ojos se humedecieron inevitablemente sintiendo que las emociones inundaban su pecho.
—¡Es tan pequeño y tan bonito! Su piel es tan suave. Se parece al muñeco que me regaló mi tío Valerik —dijo Ava con inocencia mirando a su he