219. Salgamos esta noche
Su ceño enseguida se frunció en el momento en el que estiró el brazo sobre la cama y no encontró la figura de su esposa acostada a su lado, sus ojos se abrieron rápidamente y al no verla, apretó la mandíbula ligeramente molesto.
—¿A dónde te metiste, Malyshka?
Dimitry parpadeó al ver el sol, entrando por la ventana y se inquietó porque su hija tampoco había ido a despertarlo como hacía siempre brincando sobre la cama, acto seguido, se levantó y tomó la camisa que había dejado tirada en el suelo, colocándosela por encima de su cabeza mientras salía de la habitación.
Caminó por el pasillo, hasta llegar a la puerta de Ava pero tampoco la encontró allí.
Sabía que nada malo debía haberles pasado porque se hubiera dado cuenta.
¿Desde cuando dormía como un maldito oso sin despertarse?
Trotó bajando las escaleras, ninguno de sus hombres estaba a la vista y fue allí cerca a la cocina, que escuchó el sonido de distintas voces, sintiéndose aún más irritado porque se había imaginado la imagen que