173. ¡Corre!
Gian tenía una responsabilidad inmensa de sacar a Natalya de ese lugar e iba a hacerlo.
La sintió apretarse contra su espalda y ya con determinación enfocó la vista en el camino tratando de ser lo más silencioso posible.
Estaban en un lugar oscuro que olía a humedad, no había ventanas, solo un pasillo largo.
—Gian...
Él notó el temblor en su voz.
Estaba asustada.
—Todo está bien —susurró de vuelta empuñando su arma sin dejar de mirar al frente.
La tensión era evidente mientras avanzaban.
Salieron del pasillo llegando a un lugar grande.
Gian miró lentamente por el lugar paseando su vista por cada rincón en busca de una salida y la encontró detrás de una lejana puerta. Podía ver el sol al otro lado pero sabía que no iba a ser sencillo escapar aunque seguramente nadie pensaría que ellos podrían escapar pues estaban encadenados.
Notó cuando Natalya tomó una escoba y ella susurró al ver que la miraba.
—Sé que no tengo un arma, pero esto puede servir.
Gian asintió casi sonriendo pero ensegu