163. Algo fundamental
—Quizás mereces unas nalgadas, Malyshka. Pero ahora mismo quiero probar tu dulzura.
Dimitry abrió sus piernas y no vaciló en meter su cabeza. Su lengua se apoderó de sus pliegues húmedos no precisamente por la ducha.
Escuchó enseguida el gemido ahogado de su esposa y casi sonrió sin dejar de devorarla.
El que Satarah lo deseara tanto como él a ella lo ponía descontrolado. Sus manos grandes se aferraron a sus muslos escuchándola gemir y retorcerse debajo de él. Pronto sintió su mano sobre su cabello aferrándose a su cuero cabelludo mientras montaba su boca.
—Mierda, Dim... eres tan bueno, no pares.
Sus caderas se balancearon con cada lamida suya buscando mucho más.
Su lengua la recorría de arriba hacia abajo y a veces la penetraba provocadoramente al punto en el que casi llega al orgasmo pero él se detuvo abruptamente mientras ella lloriqueaba.
—¿Me quieres ahora, quieres que te folle?
—Sí —admitió por medio de un gemido encontrándose con su mirada oscurecida.
Él la penetró con dos d