159. ¡Has algo!
Sus pliegues se cerraron sobre él mientras que Lya ya no podía ocultar lo bien que se sentía con Gian.
Sus caderas comenzaron a sacudirse con una lentitud maldita para que Natalya pudiera adaptarse a él, si no había opción sobre esto, quería que ella disfrutara, que se sintiera completamente extasiada. Que se adaptara a él.
—Bésame, solo una vez más, Natalya.
Ella no dudó en hacerlo porque también quería sus labios sobre los suyos.
Juntos comenzaron un vaivén glorioso e intenso, Gian se imaginó que no solo estaba poseyendo su cuerpo, sino también su corazón.
Aquellos suspiros de placer no podían ser fingidos creando una melodía que se produjo una y otra vez en su cabeza con deleite.
Lya sintió la anticipación de su cuerpo sintiéndose plena por estar con él, necesitaba mantenerse enfocada en Gian porque si no era su cara la que veía sabía que las cosas iban a cambiar para ella.
Sus cuerpos estaban acoplados al mismo ritmo sensual entregándose de una manera inexplicable.
Lya sintió q