158. Temporal
GIAN Y NATALYA:
Él mordisqueó uno de sus pezones para dirigirse al otro y chupar y lamer a su antojo.
Natalya arqueó su espalda impulsándosé más cerca de él de manera instintiva.
Cada segundo que pasaba se sentía más frenético aunque trató de controlarse, sin embargo, casi tiró la toalla al sentirla retorcerse sobre sus piernas, contuvo un siseo ante el contacto y la fricción contra su miembro endurecido bajo su ropa interior, la sensación más intensa que había experimentado, entonces quiso poseerla.
Hacerla suya una y otra vez.
Lya estaba temblando, sus manos rozaron la piel de su pecho musculoso hasta que se detuvieron justo sobre su pelvis.
Gian quería que lo tocara, la ansiaba perdidamente pero jamás la obligaría a ir más lejos.
Comenzó a dejar un reguero de besos ardientes sobre su cuello llegando a un punto sensible que ni siquiera ella sabía que tenía haciéndola jadear suavemente. Él quería besar cada parte de su cuerpo, se moría por hacerlo de no estar en aquella situación. P