14. ¿Ellos dos...?
—Tienes que hacer algo mejor que eso Vlad, es una pena que no hayas aprendido antes de que vinieras a intentar tocarla.
La adrenalina ardía en sus venas.
Vladislav bloqueó algunos de sus golpes y pronto le dio un codazo a Gian extendiendo sus manos hasta sus ojos. Cuando él se cubrió, el rumano aprovechó para patear su pecho y arrastrarse para tomar su arma.
Gian fue rápido y tiró su pie para que no pudiera tomar el arma.
—Maldito cobarde.
—¡Cállate!
Marco estaba evaluando la situación.
Sabía que Gian estaba tratando de conseguir un lugar y darse a mostrar en la mafia. Él mismo conocía su valía, cuando Damiano le había contado todo lo que había hecho en Rumania había quedado sorprendido pero eso mismo era lo que lo asustaba, sabía que Gian poseía la inteligencia y la fuerza necesaria para salir victorioso, pero incluso aunque ya había asesinado a su “abuelo”, era mucho más fuerte hacer lo mismo con su hermano.
Él mismo llevaba encima los recuerdo de los rostros de las personas a las