Théo entró en su casa con algunas cuestiones en mente. Nunca había tenido una conversación con un niño en su vida y no sabía cómo debía comportarse cerca de uno o cómo debía tratarlo. Sin embargo, cuando escuchó a Maia decir que no le había gustado la forma en que él trató a Lis, comenzó a cuestionarse sobre cómo debería actuar de allí en adelante.
Tomando el teléfono y llamando a su abogado, quiso mantenerlo al tanto de todas las cosas que habían sucedido.
Cuando Fábio Souza atendió la llamada, sabía que escucharía bastantes novedades y que debía conocer la versión de Théo.
—Qué bueno que me llamaste, pensé que habías tenido problemas cuando llegaste a casa. —Fábio inició la conversación, sin saber que Joaquim Campos no estaba en casa.
—Ellos arreglaron algo para hacer fuera, por tres días. Tendré un poco de paz y tranquilidad, para reponer mis energías. —Decía Théo, sin ningún humor en el tono de voz.
—¿En serio que estás teniendo paz? Que yo recuerde bien, tú y tu esposa solo andab