Después del reencuentro entre César y Arturo, Victoria decidió salir a comer con los dos. También ella tenía muchas cosas que decirle a su abuelo.
Ante todos, ella había muerto hace seis años y ahora que la veía frente a él, era una gran noticia que tenía que procesar.
La luz tenue del restaurante iluminaba el rostro de Victoria mientras se sentaba entre César y Arturo. El silencio pesaba en el aire, solo interrumpido por el suave murmullo de conversaciones distantes y el tintineo de los cubiertos.
Victoria tomó una respiración profunda antes de dirigirse a su abuelo, cuyos ojos reflejaban una mezcla de sorpresa y emoción, conteniendo una historia de seis años.
—Abuelo, hay tantas cosas que necesitamos hablar —dijo Victoria, sosteniendo la mirada con determinación.
Arturo asintió lentamente, aun procesando la asombrosa realidad frente a él.
—Vicky, pensamos que te habíamos perdido para siempre. ¿Por qué desapareciste de nuestras vidas de esta manera? —preguntó Arturo, sus ojos buscand