César se encontraba en aquel balcón del lugar mientras miraba a su esposa en el jardín. Aquella mujer que le había arrebatado su corazón por completo. Era verdad que podrías enamorarte mil veces, pero jamás como la primera vez, y eso era lo que le pasaba con su bella esposa.

Su amor había trascendido años y eventos que para cualquiera podría ser imposibles, pero no para ellos.

—César… —La voz de Olivia se escuchó detrás de él. César se dio media vuelta, un poco frustrado por la situación que estaba a punto de presenciar.

No quería ser grosero, pero no sabía hasta cuándo podría tener paciencia y repetirle una vez más a Olivia que olvidara lo suyo.

Ellos habían tenido un amor de adolescencia, un amor genuino en su momento, pero que claramente nunca se compararía con el amor que tuvieron él y Victoria. Cundo uno está en esa etapa, llega a hacer promesas que no es capaz de cumplir, y a pesar de que había un gran cariño en su corazón para Olivia, al fin y al cabo, era solo eso, cariño.

Oli