El beso fue suave y lleno de emociones contenidas. César sintió cómo las barreras que habían existido entre ellos comenzaban a desmoronarse. Se separaron lentamente, ambos con lágrimas en los ojos.
—Victoria… —César susurró, su voz llena de emoción—. Esto significa más para mí de lo que puedes imaginar.
—Sé que tenemos un largo camino por delante, pero estoy dispuesta a recorrerlo contigo. —Victoria respondió, su voz temblando ligeramente—. Quiero redescubrir nuestra vida juntos, conocer a la mujer que fui y encontrar a la que soy ahora.
César asintió, su mirada reflejando una mezcla de esperanza y determinación.
—Lo haremos juntos, paso a paso. —dijo, tomando su mano con firmeza—. No importa cuánto tiempo tome.
En ese momento, un pequeño cachorro corrió hacia ellos, seguido de un Ethan sonriente.
—¡Mira, papá, mamá! ¿Podemos adoptarlo, por favor? —Ethan rogó, con los ojos brillando de emoción.
Victoria y César intercambiaron una mirada y sonrieron. Era un pequeño símbolo de un nuevo