Sinopsis Ava Janssen es una chica Londinense que por culpa su ex esposo decide irse a vivir a la cuidad de New York, encuentra trabajo ideal, siendo la asistente ejecutiva de uno de los hombres más poderosos del país, Eryx DeCostello, pero no empiezan con el pie derecho. Ava viene de una relación fallida y lo menos que le interesa es entablar algo de índole romántico con su actual jefe. Aunque intente luchar contra lo que siente, no puede evitar la atracción por él, que no desiste poniéndole las cosas más difíciles. Pero ha jurado no cometer el mismo error. Eryx DeCostello un hombre mitad italiano, mitad griego, extraordinariamente guapo, multimillonario y el CEO de una de los conglomerados más exitosos del mundo y que todas las mujeres están esperando una oportunidad con él, es perfeccionista a más no poder, se encuentra con una mujer que lo saca de quicio, si él es obsesivo del orden, ella lo es aún más, es elegante, esquiva, se adelanta a sus necesidades y decide conquistarla, pero se ve contra la pared al descubrir por qué no deja que ni se le acerque. ¿Podrá esta pareja llegar más allá del vínculo Jefe/Asistente? Descúbrelo en esta alocada historia, donde los sentimientos se enredan para poder ponerlos a prueba.
Leer másAva Janssen
Londres
Con el sol radiante entrando por la ventana veo el amanecer, es espectacular, anoche fue maravilloso, velas, rosas y champán, era como cierto tipo de celebración. Bruno nunca fue muy romántico, eran las pocas veces que podía apreciar esa faceta en él. Lo amaba por cada esfuerzo que hacía para complacerme, siempre fui la parte cursi de la relación. Me volteo y veo el espacio vacío que dejó Bruno, se marchó temprano a la empresa.
Llevamos siete años de conocernos y seis siendo esposos, ha sido maravilloso todos estos años, hoy pedí un día libre, compraré los muebles para decorar la habitación de nuestros futuros hijos, ya le había hecho el comentario y al parecer no tiene ningún inconveniente, ya habían pasado los años justos para empezar a hacer crecer a la familia. Pensar en esas diminutas manitas me hacen mucha ilusión, tres, serán tres nuestros hijos, dos niños y una niña.
Soy la asistente ejecutiva y personal de mi marido, lo soy desde antes de que nos casáramos, por lo que esta historia dista de ser una novela rosa, estábamos cursando la carrera de empresariales cuando fuimos reclutados por su propio padre y como ya nos conocíamos empezamos a trabajar al unísono, nos dimos la oportunidad y al año nos casamos, fue una boda muy simple, los dos estuvimos de acuerdo, yo no era de las que le gustara mucho llamar la atención, por lo que solo fue una reunión familiar. Dejando de lado todo el alboroto publicitario, así que muchos se enteraron cuando ya éramos marido y mujer.
La tarde se me va volando y no he encontrado los muebles adecuados y llego a la conclusión de que deberíamos hacer esa compra los dos, para ver los diferentes tonos y diseños de los artículos a elegir. Se acerca una de las asistentes del lugar y me sonríe.
— ¿Señora, la puedo ayudar en algo?
—Estoy buscando algo neutral.
— ¿Es para algún regalo o para usted?
—Es para mí.
—Tenemos un excelente surtido de muebles infantiles.
Me entrega un folleto donde puedo apreciar los diversos diseños. Todos son hermosos, lindos y si fuera por mí, los compraría todos, pero no creo que podamos tener tantos en la habitación. Tomo fotos y se las envío a Bruno, tal vez así me ayude a solucionar mi indecisión. Veo que recibe las fotos y las deja en visto, pasan algunos minutos y no recibo respuesta, algo muy raro en Bruno, siempre contesta con un hola cuando está muy ocupado y sé que tendré que esperar para su respuesta, pero esta vez no me contesta.
Me regreso a casa, estoy un tanto desconcertada, algo muy malo estaba pasando, el tráfico me detiene una media hora, estoy llegando a casa en lo primero que me fijo, es en el auto de Bruno, enfilo hacia la habitación al no encontrarlo en su despacho, me entra un leve cosquilleo en la nuca, como cuando sientes que algo está por suceder, no quiero pensar nada malo, la puerta está abierta y se escuchan pasos en la habitación.
Mi cuerpo se queda de piedra al contemplar a Bruno llenando su maleta, es algo que no me esperaba, no creo que tenga algún viaje de negocios, aunque esté de día libre, los mails me llagan a mí primero, por lo que ya me hubiera enterado. Dejo pasar un minuto y no se ha percatado de mi presencia.
—¿Qué haces?
Lo tomo por sorpresa, detiene por un momento su caminar, me observa, intenta decir algo pero nada sale de su boca, me da la espalda y mete unas pendas a la maleta. Titubea y en el último intento logra decir.
—Lo siento, me he acostado con otra.
Sus palabras golpean mi cara, mi pecho y mi estómago, un sudor frío bajaba por mi frente y estaba a punto de desmayarme, estaba siendo dejada por el hombre con el que llevo viviendo seis años y siete de conocernos, era mi esposo, mi amigo, mi amante y me estaba dejando por otra mujer. Me había quedado mirándolo con expresión horrorizada. Me encontraba en shock.
—Cómo es posible que me estés diciendo eso, se suponía que esto nunca nos iba a pasar.
Su maleta está abierta en la cama y prácticamente está tirando todo en ella, no importándole su acomodo, la cierra y la pone al lado de la cama. Camino hacia el lugar donde se encuentra.
—Lo siento, tenía que decírtelo.
—Me estas mintiendo.
Esto tenía que ser una broma, una muy mala broma, una muy m*****a mala broma.
—No tengo porque mentir, me tengo que ir.
— ¿Por qué me utilizaste de esta manera? apenas ayer me decías que me amabas.
El día de ayer me trató como nunca antes lo había hecho, no pude sospechar que traía algo entre manos y mucho menos que sería, nuestra última noche. Y todavía me dejó ir a buscar muebles para nuestros hijos, para nuestros futuros hijos, que poca madre.
—No sé que es lo que realmemte siento.
— ¿Te has vuelto loco?
Sus palabras solo consiguen enojarme aún más, es absurdo lo que dice o se quiere a una o se quiere a la otra, pero no a las dos.
—No lo estoy, simplemente así me siento.
Agarra su maleta y camina hacia la puerta y en mi loco desespero lo detengo.
—No lo hagas. No lo hagas por favor.
A pesar de la rabia mis lágrimas empezaron a caer sin que las pudiera detener, me odiaba por eso y también lo odiaba a él. Empiezo a ver como sus hombros empiezan a temblar haciéndome saber que también está llorando, sentí que me invadía una profunda pena, por los dos.
—¿En verdad, la amas?
No dice nada, solo su llanto se escucha en la habitación.
— ¡Contéstame, por lo que más quieras!
Llego a su lado y hago que gire su cabeza y me enfrente, nunca me he llevado bien con los cobardes.
—No lo sé. Creo que sí.
— ¿No estás seguro si la amas? ¿Eso tiene lógica?
—No lo sé, nada más sé que debo alejarme de ti, para no hacerte más daño, Ava, lo siento.
— ¿Lo sientes? ¿Y ahora me dices que lo seintes?
Capítulo 333, Extra 6Ava DeCostelloNew YorkPues tanto Charlie, como Dom, no han dicho hacia donde se ha dirigido Dex, de seguro les había hecho prometer que no me dirían nada, hasta que él mismo lo hiciera, pero ellos no podían callar para siempre.–Prima, ahí sí te voy a quedar mal – Cassie se mostró afligida – Sabes que cuando tus hijos van a ver a Emma, yo aprovecho para darme mi tiempo con Paul y además, ni a mi esposo ni a mí, nos gusta estar en cosas de muchachos, ya sabes cómo somos. Ya nos sentimos grandes para formar parte de esas pláticas.Me quedé callada ante lo dicho por Cassie, era verdad. Ella y su esposo Paul eran una pareja que se sentían ya mayores y cuando mis hijos iban les daban su espacio con Emma, pues ellos se sentían fuera de lugar. Tenía que haber una pista de dónde pudiera estar mi hijo, pero entre tantos amigos y mujeres que tiene, me era imposible llamarlos a todos y lo que era peor es que Dex, seguramente convenció a medio mundo para que no me dijeran
Capítulo 332, Extra 5Ava DeCostelloNew YorkEsa noche todo estuvo muy tenso, tanto que ya ni ganas tuve de cenar. Ary y Philip, estuvieron un rato más en nuestra casa y después se retiraron. Mis hijos, Charlie y Dom, se subieron a dormir a sus respectivas recámaras con unas caras de tristeza, de desolación y de dolor. Ellos echaban mucho de menos a Dex y les dolía en el alma que las cosas hubieran terminado de esa terrible y mala manera con su hermano.–Buenas noches, Eryx – Dije ya estando recostados en la cama – Que descanses.–Ava, por favor mi amor – Respondió un tanto triste – No vamos a dormir enojados por culpa de Dex.–No es culpa de Dex, Eryx. Es culpa tuya que este problema se saliera de las manos y eso no es lo que más me enoja – Reconocí – Lo que más me afecta, es que sabiendo que Dex anda por ahí afuera pasando muy duras situaciones a ti no te importa y no me quieres ayudar a buscarlo.Eryx, se acercó a mi orilla de la cama en dónde yo estaba arrinconada y me tomó en su
Capítulo 331 Extra 4Eryx DeCostelloNew YorkHabía escuchado decir eso a mis suegros, Philip, en su adolescencia se había comportado de esa manera, y por eso mi suegro se había puesto de mi lado, porque había pasado por algo igual, pero mi cuñado si se había aplacado, no como su sobrino, que parecía que le daban cuerda, siempre tenía que salirse con la suya, hasta supuestamente el día de hoy, que se había ido según para no volver.Me quería imaginar cómo le iba a hacer esta vez para volver, que no pensara que esta vez iba a ser igual que las anteriores, todos sus beneficios serán retirados hasta que se concientice de que la vida se la tiene que tomar con toda la seriedad que se merece, no puede estar jugando todo el tiempo, porque así se le van escapando las oportunidades.Tiene mucho potencial, ahora que termine su carrera va a tener que buscar por sus propios medios, ya se le acabaron todos los privilegios, tiene que valorar todo lo que se les ha dado a manos llenas, a él y a sus d
Eryx DeCostelloNew YorkEsa noche la pasé increíble en casa de mi abuelo Carlo y de mi abuela Antonella, pero sentía un dolor de estómago como cuando me caía mal algún alimento. Lo peor de todo era que esa noche nada de lo que comí me hizo mal, mi abuela Antonella cocina delicioso y es muy limpia además para preparar los alimentos.Así que se lo atribuí al coraje que hice hoy con Dex, pues lo empecé a sentir justo cuando terminé la llamada de atención a mi hijo, pero me iba a relajar, ya estaba a punto llegar a mi casa, a mi hogar y me sorprendí al ver el auto de Ary y Philip en la entrada de la casa, no tenía idea que iban a venir, por eso no estaba Philip en la casa de los abuelos.–Eryx, al fin has llegado – Ary salió a encontrarme al escuchar mi auto llegar y lloraba con mucho sentimiento – Es que Ava y Charlie están muy mal, hermano.Como siempre sucedía en esta familia, yo siempre era el último en enterarme de lo que pasaba en mi propia casa, se me hacía muy extraño que teniend
Ava DeCostelloNew York–Nos preocupamos mucho – Dijo mi cachorro – Porque la vimos mal, hace rato cuando nos llamaste, por eso hemos venido con Ava y menos mal que mi princesita ya duerme.–Sí menos mal – Ary, quería llorar y se acercó a darle un beso a Charlie en la cabeza – No soportaría que le pase nada a ninguno de ustedes.Mis hijos eran la debilidad de Ary, aunque sus demás sobrinos no se quedaban atrás, con mis hijos, siempre se notaba la diferencia cuando estaban a solas. Yo creo que se lo atribuyo, que son con los que más contacto tiene, ya que ellos muchas veces se quedan en su casa.–Dom, gracias por cuidar de tu hermana mi amor – Abracé a mi hijo – Sé que esto no te permitió ir a ver a tu novia, pero si quieres ir, puedes hacerlo.No le iba a quitar el tiempo, tenía que cumplir con el compromiso que tenía con su novia el día de hoy, y creo que ya iba bastante tarde, no me gustaba que faltaran a su palabra, nosotros lo hemos criado con buenos valores.–No mamá, veo que mis
Ava DeCostelloNew YorkMi vida ahora que mis hijos estaban grandes, era más caótica que antes cuando eran pequeños, pues ya no se les podía controlar y Eryx, era quién más le tocaba padecer los estragos de dicha cuestión. Hoy después del pleito que tuvo con Dex, nuestro hijo pequeño, le dio una crisis de migraña terrible que tardó un buen rato en aligerarse. Mi esposo, todos los viernes, acostumbra ir a jugar cartas a casa del abuelo Carlo con sus hermanos, pero ese día no se sentía con ánimos de ir. Lo tuve que animar a que fuera, para poder ganar tiempo y llegar yo a casa antes que él lo hiciera, para hablar con Dex y calmar este problema entre ellos.–Ava, mi amor, no me siento con muchas ganas de ir a casa del abuelo Carlo el día de hoy – Dijo Eryx – Pero, sé porque quieres que vaya. Te conozco mi hermosa morena.Desde luego que él me conocía, hemos pasado muchos años juntos y ambos nos conocíamos perfectamente, muchas veces no era necesario decirnos nada, porque intuíamos que er
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