89. Serás mía, Renata
POV BASTIEN DELAROCHE
Al llegar a mi departamento en pleno centro de París, Renata se quedó profundamente dormida en el auto. Ni siquiera reaccionó cuando apagué el motor. Me acerqué, la observé un segundo y negué con la cabeza.
—Vaya… —murmuré en voz baja.—tenías que quedarte dormida.
No me quedó otra opción que cargarla en mis brazos. A pesar de tener un cuerpo hermoso y perfectamente proporcionado, su peso era sorprendentemente liviano. Demasiado.
Mientras la sostenía, un pensamiento incómodo me atravesó: ¿Acaso no estaba comiendo bien? ¿Qué tanto había estado cargando sola para llegar a este punto?
La idea me inquietó más de lo que quise admitir. Algo no estaba bien con ella… y yo iba a investigarlo.
Su respiración era suave, casi infantil. Al entrar al departamento, todo estaba en silencio, excepto por mis pasos.
La acosté con cuidado sobre mi cama. Fue entonces cuando la luz tenue me permitió ver lo que había estado oculto durante toda la noche: enormes ojeras oscuras,