83. La sustituta de mi prometida
POV BASTIEN DELAROCHE
La fiesta de compromiso no era solo un evento social. Era un movimiento estratégico, la pieza exacta que necesitaba encajar para seguir consolidando mi lugar como el CEO más poderoso de París. No podía darme el lujo de fallar: no en esta ciudad, no en este círculo, no frente a mis aliados —y mis enemigos— que aguardaban cualquier grieta para lanzarse a mi como lobos hambrientos.
Sabine…
Sabine era joven, sí, pero sorprendentemente astuta. Tenaz. Con una belleza que desarmaba y al mismo tiempo irritaba por su insolencia natural.
Iba a ser una buena figura a mi lado —eso lo tenía claro—, aunque cada día me convencía más de que también sería un constante dolor de cabeza.
Solo habían pasado dos días desde que estábamos bajo el mismo techo, y aun así ya había notado que de “sumisa” no tenía ni un hueso. Creía que no me daba cuenta de las sombras que escondía en la mirada, pero yo había aprendido a leer secretos antes incluso de que fueran confesados.