84. La prometida sustituta del padre de mi hijo
POV RENATA ESQUIVEL
Después de cuatro años, vuelvo a verlo.
Al mismo hombre imponente cuya sola presencia me arrebató el aliento, el hombre que cautivó mi corazón durante una noche que jamás debió marcarme… y que, aun así, dejó huellas imposibles de borrar.
El hombre al que, por ironías del destino, me vi obligada a buscar.
Lo nuestro fue efímero, sí… pero tan fulminante, tan visceral, que se incrustó en lo más hondo de mi alma.
Yo creí que podía archivarlo en un rincón remoto de mi memoria; que el tiempo, con su aparente crueldad, lo desvanecería. Pero ahora que lo tengo frente a mí, sé que me mentí.
El recuerdo de aquel día en el hospital vuelve a mí como un golpe súbito.
Ese día había sido un día interminable en el hospital. El agotamiento se aferraba a mis músculos y mis pensamientos se mezclaban en un torbellino de temor y esperanza.
Cada análisis, cada informe y cada pulso que tomaba incrementaba mi angustia por Sebastián, cuya vida se desvanecía ante mis ojos con