CAÍDA DE VENTA.
Esa noche, Marcos se quedó a dormir en los muebles que adornaban el pequeño bar. Cuando despertó, Enner ya no estaba.
—Enner, ¿a qué hora se fue? —preguntó al guardia.
—A las dos de la mañana, señor —respondió el guardia. Marcos agradeció la respuesta, subió a la habitación y Maite aún estaba dormida. Al momento en que él ingresó, ella abrió los ojos. Después de haber subido, no pudo dormir. Aunque la música no estaba en volumen alto, ella podía escuchar las carcajadas de Enner.
—¿Ya desayunaste? —inquirió al retirar su reloj.
—No —respondió ella, descubriendo su cuerpo y adentrándose al baño. Lavó su boca y salió, dejándole libre el baño a Marcos.
Después de que Marcos se bañó y estaba por cambiarse, Maite ingresó. Tomándole por sorpresa, lo besó, dejándolo completamente en trance. Al no tener respuesta de él, dio dos pasos hacia atrás. Luego, dio media vuelta para salir. No obstante, Marcos la agarró del brazo y la acercó a él. Al segundo siguiente, arremetió con vigor contra l