Solución.
Stella se fue a la universidad aquella mañana.
Sebastián quedó ahí en el pasillo, completamente inmóvil, observando con detenimiento su esbelta figura marcharse por el largo corredor.
El suave perfume floral que siempre la caracterizaba permaneció flotando en el ambiente durante unos instantes.
Sebastián permaneció ahí, con la mirada perdida, sumido en pensamientos que se arremolinaban en su mente.
Segundos después, como despertando de un trance que lo había mantenido completamente ajeno a la realidad, sacudió la cabeza y, extendió la mano hacia el pomo dorado de la puerta de roble tallado, girándolo con suavidad para no hacer ruido.
Abrió la puerta de la habitación con extrema cautela, sorprendiendo a Marina, que se encontraba inclinada sobre la amplia cama, atendiendo con ternura a los gemelos que dormían entre almohadones de seda.
Esta no supo qué decir ni cómo reaccionar, quedando paralizada al ver a Sebastián ingresando a la habitación, caminando hacia la cama con paso le