Todo estaba complicado para Barak, su mujer no lo quiere ver ni en pintura y solo se comporta amable cuando los niños están presentes. Ella verdaderamente le ha declarado la guerra y es primera vez que no puede ganar una.
―Por lo menos dame sexø. ―La miró furioso. ―Mis hijos no me ven como su padre y tú no me atiendes. ―Lianett se rio llena de incredulidad por la osadía de ese hombre.
―¿Crees que somos los malos cuando eres tú quien nos tiene aquí en contra de nuestra voluntad? ―Negó incrédula. ―Eres realmente increíble. ―Trató de salir de la cama, pero Barak quien se había colado sin permiso, tiró de ella y se colocó encima.
―Mis hijos disfrutan estar aquí. ―La miró a los ojos. ―Y sí, soy demasiado increíble y lo sabes. ―besó su cuello. ―Soy tan increíble que tu cuerpo responde siempre a mí. ―Lia intentó quitarlo, pero Barak se negó. ―¿Por qué te resistes tanto? ―La miró a los ojos. ―¿Qué más quieres que haga?
―¡No has hecho nada! ―Chilló más furiosa, es un tonto a potencia. ―Solo ha