LISSANDRA.
Este día había sido maravilloso, Ashton ya no tenía que fingir frialdad o que solo me estaba usando, podía ser él mismo y vaya que si lo fue, jamás pensé que sería físicamente posible todas las veces que hicimos el amor, en la mesa, en el sofá, en la ducha, incluso en el balcón, ¡ese hombre era insaciable!
Ahora estaba con un pantalón de seda negro colgando de sus caderas sirviendo la cena que había pedido, yo estaba en el baño, con llave, me estaba poniendo una lencería negra, transparente, con encajes que él adoraba, quería sorprenderlo, aunque me asustaba.
Si usando solo una bata no me dejaba respirar, usando lencería perdería el control, pero quería averiguarlo, yo era una mujer valiente.
Años de ser ignorada y inactiva sexualmente me había hecho perder la esperanza, pero encontrarme con Ashton, un hombre totalmente insaciable me había mostrado la otra cara de la moneda.
Estaba feliz de tener un hombre que me deseara tanto y que siempre quisiera tenerme gimoteando debaj